El fracaso duele.
¿Estás seguro de lo que es el fracaso? ¿Estás seguro de que duele?
Llevo trabajando en marketing más de 20 años. Gracias a eso, he podido comprobar algo de lo que estaba convencido previamente. Los seres humanos vivimos dentro de patrones de percepción.
La realidad no existe. Por eso creamos una imagen interna de lo que vivimos, basado en muchos componentes diferentes: emociones, sentimientos, educación, experiencias, valores…
En nuestra agencia de marketing, solemos trabajar sobre las percepciones. En muchos casos, es la única diferencia que existe entre nuestros clientes y su competencia, ya que ellos venden el mismo producto, los mismos servicios, con los mismos precios…
¿Cómo te puedes diferenciar de tus competidores? Trabajando en cómo el mercado te percibe.
La percepción hará posible parecer profesional, chic, con experiencia, comprometido… Muchos valores diferentes hacen posible que presten atención a tu mensaje, productos, o servicios.
Gracias a mi admirado coach Tony Stubblebine (recomiendo seguirlo porque es una persona pragmática como yo), hoy he leído este fascinante artículo (“Cómo construir tu músculo positivo de protección”), escrito por David Kirkpatrick, el famoso productor de películas americano.
No puedo estar más de acuerdo con lo que el artículo afirma. Trabajar en la percepción resulta clave para tener una vida de éxito y con sentido.
No creo que el fracaso duela. Pienso justo lo contrario. Dependiendo de tu percepción, así es como te vas a sentir. Como dice el artículo de David, “no existe una situación en la que no puedas ver una parte positiva y otra negativa”. Lo bueno: solo depende de ti.
Así es como puedes transformar el fracaso en éxito.
Recuerdo perfectamente el 13 de marzo de 2020. Es cuando toda la situación con el coronavirus golpeó duramente a España con el confinamiento. Muchos contratos comenzaron a ser cancelados. Recibí decenas de e-mails y llamadas de los abogados de nuestros clientes cancelando servicios debido a la situación.
Creo que ese ha sido el momento de mi vida en el que he perdido más cantidad de dinero en solo un día.
Nunca olvidaré el 13 de marzo de 2020. Era viernes. La tormenta perfecta.
¿Fracaso, crisis, desastre, fin del mundo? Depende de ti (en ese caso, de mi).
La vida es maravillosa cuando interiorizas la idea de que todo depende de ti. Eso te da seguridad, confianza, fe, motivación, paz, calma, relax.
Cuando una situación pasa a ser un fracaso, una crisis, o dramática, uso estas 2 técnicas que hacen posible que pueda pasar de la tragedia al éxito rápidamente. Estas 2 técnicas fueron las que usé para superar esa situación “horrorosa” del coronavirus.
1. Aceptar los hechos
No importa lo crítica que sea la situación, muévete rápidamente hacia este paso mental: “aceptar los hechos”.
Tan pronto como aceptes lo ocurrido, y que nada va a hacer que cambie, antes puedes empezar a responder a la situación.
Cuanto más rápido respondas, más te acercas a dar pasos hacia una solución. Al menos, a lo mejor que puedes hacer en esas circunstancias “negativas”.
Kirkpatrick define perfectamente cómo puedes lidiar con esta situación, citando a Joseph Campbell:
Sea lo que sea que pase, di, “Esto es lo que necesito” .— Joseph Campbell.
Esta frase se basa en el concepto de Frederic Nietzsche sobre “el amor de tu destino”.
Es verdad. Mejor que ames lo que te sucede, sea bueno o malo, porque eso ya ocurrió, y no va a cambiar.
Entiendo perfectamente que es duro, pero si lo miras desde fuera, es pragmatismo en estado puro.
Yo siempre digo que el pragmatismo es la base de ser resolutivo.
No hay otra forma de enfocar tu energía hacia una solución, gestionar la situación, y empezar a trabajar, paso a paso, para ir a un escenario mejor.
2. Piensa cómo verás esto dentro de 1 año
No importa cuán dramática sea la situación, haz este ejercicio mental. ¿Cómo verás esta situación…
- … en una semana?
- … en un mes?
- … en un año?
- … en una década?
Antes o después, habrá una distancia temporal en la que esta situación sea una simple anécdota.
Piensa en todos los escenarios “terroríficos” que has vivido a lo largo de tu vida. En los peores. Aquellos que hoy todavía te acuerdas.
- ¿Parecen ahora tan graves como cuando sucedieron?
- ¿No los ves como algo remoto que ni siquiera te pasó a ti?
- ¿No estás vivo aún?
- ¿No sobreviviste?
Entonces, ¿por qué piensas que la “catástrofe de hoy” es el fin del (tu) mundo?
Haz este ejercicio. Piensa con precisión cómo te sentirás dentro de una década. Pero siéntelo. Trabaja en esa sensación. Haz que suceda hoy. Es estúpido esperar 10 años para tener exactamente el mismo sentimiento. Es hoy cuando necesitas sentirlo.
Eso fue lo que yo hice la noche del 13 de marzo de 2020.
Después de ese ejercicio espiritual/mental, dormí perfectamente, y pasé todo el fin de semana centrando mi energía en gestionar la situación, pensando en medidas que se necesitaban, prioridades, soluciones financieras…
Pero el aspecto más importante, desde mi punto de vista, fue cambiar mi mentalidad de un abatido perdedor a un luchador victorioso.
Hoy, 18 de septiembre de 2020, aquí estoy, todavía luchando… pero vivo.
La vida sigue.
Foto en parte superior cortesía de Lucian Alexe en Unsplash.