Crecimiento-Personal

Un Testimonio Inspirador, Crudo, y Real para Superar el Error

6 min de lectura

Hay 3 cosas que adoro en la vida.

Estas son:

  • La consecución de objetivos.
  • Lós hábitos.
  • El largo plazo.

La consecución de objetivos:

  • Da sentido a tu vida.
  • Es tu camino hacia la realización, ese que siempre acaba en la felicidad.

Hábitos:

  • Son la herramienta más poderosa para alcanzar tus objetivos.
  • Es una cuestión de identidad.
  • No eres más que los hábitos que haces de forma consistente.

El largo plazo:

  • Te proporciona la paz mental necesaria para quitarte de encima la presión.
  • Olvidarte de tus objetivos.
  • Centrarte en el proceso que necesitas para alcanzarlo.

Es el bucle de productividad que me encanta.

Como emprendedor desde hace más de 20 años, cometo (y continuo cometiendo) muchos errores. Es por eso que he tenido que aprender a gestionarlos.

Es una cuestión de supervivencia.

Me encanta ayudar a la gente a gestionar estas situaciones y, en este artículo, compartiré un testimonio real que espero que te resulte útil.

Siempre digo que no hay nada mejor para aprender que las situaciones reales.

Este testimonio pertenece a una persona que estoy ayudando a alcanzar un objetivo muy importante basado en hábitos alimenticios saludables.

Tras una increíble racha de 23 días de perfecta ejecución, el error se produjo.

Aquí muestro mi respuesta.

¡Buenos días!

Llegó lo que tenía que llegar, en lo que, como humanos que somos, siempre sucede: el fallo, el error.

Todos los cometemos. Todos somos así. Nadie es perfecto. Ni siquiera yo 😉

Asumir los fallos forma parte del aprendizaje de la vida y, como todo lo que es complejo, cuesta, lleva tiempo, y hay que aprender a asumirlo.

No nos gusta fallar. Buscamos siempre la perfección, lo que queremos, aquello por lo que trabajamos con “sangre, sudor, y lágrimas”.

No es que no sea fácil. Es, sencillamente, imposible.

Tenemos que aprender a vivir con el fallo, con la imperfección, con gestionar aquello que no sale como queremos.

Para ello, existen muchísimas herramientas que irás conociendo, probando, e implementando. Como todo, llevará su tiempo pero, antes o después (y estoy convencido de que más antes que después) lo conseguirás.

En el caso que nos ocupa, demasiado ha tardado en llegar. Sinceramente, creía que, partiendo de donde partíamos, llegaría antes. Esto no hace sino poner de relieve la espectacular dinámica que has emprendido.

Para fijarnos en datos, que es lo que importa, y huir de las impresiones, que es lo que nunca vale, has llevado a cabo 23 días de perfección y 1 error. Esta relación 1/23 significa exactamente un 4,35% de "error".

Hablamos de una cifra que hasta se llega a admitir en procesos industriales que basan su funcionamiento en la robótica.

Es ahí donde hay que asumir que el error no es más que una mera anécdota, cuando se está, como estamos, en un camino sólido, claro, y contundente, que no ha lugar a la duda.

Fijarse en la tendencia es la clave del éxito. Si traducimos esta tasa de error a diferentes períodos de tiempo, esto es lo que se obtiene:

  • 3 meses: 4 días fallidos y 86 días exitosos.
  • 6 meses: 8 días fallidos y 172 días exitosos.
  • 1 año: 16 días fallidos y 349 días exitosos.

Como puedes ver y, como siempre digo, en el largo plazo SIEMPRE SE GANA.

Por eso es importante fijarse todo en la vida en el largo plazo. Sí, habrá días mejores y días peores, pero, al final, acabamos con una goleada de escándalo a los fallos.

Incluso debemos mirar las cosas desde otra perspectiva.

Si nos vamos a una relación 90-10, es decir, 90% de éxito y 10% de fallo, los números siguen siendo igualmente espectaculares, pues hablamos de 328 días exitosos, lo cual es algo demoledor para alcanzar cualquier objetivo.

Es decir, hay una garantía del 100% de que el objetivo se alcanzará con esta relación 90-10, aunque hayamos fallado la "friolera" de 37 días (5 semanas enteras de fallos).

Es aquí donde se consigue la desmitificación del error.

Los números son siempre claros, objetivos, precisos, y realistas.

Nunca dejan lugar a la duda.

Por eso me encantan.

El tropezón de ayer no significa más que eso, una mera anécdota en un camino de éxito.

Y así es como DEBES y TIENES que verlo.

Lo de ayer tiene todos estos puntos positivos:

  1. "Por fin" llegó el error. La única forma de trabajar sobre algo es vivirlo "en propias carnes" y lidiar con él. Así es como aprendemos, con la contrastación empírica, con el ensayo/error, con la experiencia. Tener aquí este escenario es lo que nos va a permitir trabajar sobre él porque, antes o después, volverá a repetirse ya que, como dije anteriormente, el fallo forma parte de la especie humana, como el comer, el beber, o el dormir. Siempre va a estar ahí y, la única solución ante él, es aprender a gestionarlo.
  2. Nos va permitir elevar nuestro campo de visión. Ir a esa vista de pájaro alentadora que nos dice que, aun habiéndolo cometido, estamos lejísimos de esa relación 90-10 que sabemos que nos conduce al éxito. Es de ahí de donde debemos sacar las fuerzas y la motivación para, HOY MISMO, volver a seguir con nuestra rutina, nuestros objetivos, y seguir persiguiendo nuestros sueños, porque nada, absolutamente nada, ha (objetivamente) pasado.
  3. Salir de este tropezón (porque vamos a salir y va a ser hoy mismo) te va a permitir trabajar en esa creencia en ti mismo que debemos trabajar. Un error/anécdota como este es el que nos permite, en el terreno de la vida real, aprender a gestionar nuestras reacciones ante los sucesos que no deseamos y que consideramos que no nos merecemos. Es una magnífica oportunidad para sobreponernos a la situación y empezar a encajar otra “racha” de 23 días de perfección, algo que tenemos claro que podemos hacer, porque ya lo hemos hecho anteriormente. Esto es lo que provoca la fe ciega en uno mismo, la motivación, el uso del "escenario negativo" como palanca del éxito en la vida.

Así pues, con todo lo anterior, hoy fijo yo el objetivo del día: SUPERAR EL FALLO DE AYER.

Foco, fuerzas, y energías hacia ese objetivo, fácilmente conseguible porque hablamos de hacerlo bien 1 solo día, cuando antes lo hemos hecho en 23 ocasiones (eso sí que es difícil).

Lo de hoy está chupado, pues representa 1/23, es decir, tan solo el 4,34% del gigantesco éxito que hemos ya llevado a cabo.

¿No vas a ser capaz de conseguir el 4,34% de algo que ya has hecho hasta antesdeayer?

Tu cerebro lo tiene fresco. Tu cerebro ya sabe de lo que es capaz tu cuerpo y mente. Esto no tiene mayor historia.

Olvídate del error, olvídate de mañana. HOY es el foco de nuestra energía, de nuestras acciones. Es nuestra batalla (“batallita”).

NO hay excusas. Se puede hacer. Se va a hacer.

¡Ve a por ello!

Cuando hay mucho que ganar y nada que perder, es cuando se va “a saco” por las cosas en la vida. Es cuando sigues persiguiendo tus sueños, tus objetivos, aquello que te has propuesto porque significa mucho para ti, para tu vida.

El error nunca es sinónimo de fracaso.

El fracaso sería 23 días mal y 1 bien.

Lo contrario no es más que una demostración de que seguimos siendo humanos, aun habiendo conseguido 23 proezas que están al alcance de muy pocos.

Sigue avanzando, sigue creciendo, sigue evolucionando.

Cada vez estás más cerca de ese nuevo yo que te has propuesto ser.

Ve a por ello. Vamos a por ello. Somos un equipo.

Nada ni nadie puede con nosotros.

Los números juegan a nuestro favor.

Sabemos lo que hacemos, por qué lo hacemos, y cómo lo tenemos que hacer.

Hacer es lo fácil. Hagámoslo fácil.

VAMOS JUNTOS A POR ESTE DÍA DE HOY, UN DÍA EN EL QUE SE GANARÁ MUCHÍSIMO. ESA ES LA MOTIVACIÓN DEL DÍA.

Para llevar a casa

La consecución de objetivos no es algo fácil, pero practicando nuestros hábitos, consolidándolos, y sabiendo cómo superar nuestros errores, nos conducirá a ese camino.

Superar los errores es algo que cualquiera pueda hacer.

Mis objetivos, tus objetivos, casi los objetivos de cualquiera, son muy fáciles si los comparamos con las grandes gestas llevadas a cabo por la Humanidad.

Ver las cosas desde esta perspectiva nos permite creer que las cosas son alcanzables, viables, realizables, posibles.

Solo es una cuestión de tiempo que lleguemos a nuestro destino.

Foto en parte superior cortesía de Jeremy Chen en Unsplash.