El espectáculo comienza.
Has decidido crear tu empresa, tu negocio, tu compañía, tu imperio.
¡VAMOS!
Es una gran sensación, incluso si no tienes ni la más remota idea de qué viene después. Puedo perfectamente recordar hoy que yo ni siquiera sabía lo que era un pagaré, un método habitual de pago en España. Pero eso no importa. Empiezas a oler esa maravillosa sensación de felicidad.
Inseguridad, desconcierto, y preguntas aparecen en tu cabeza.
Una de las primeras es: ¿debería tener un socio? Si es así, ¿cuántos? ¿Solo uno más? ¿Quizás dos? ¿Tres? Espera, espera, espera, mejor estar solo y no empezar a perder mi libertad. Quiero hacer lo que me apetezca. ¡Esa es una de las principales razones por la que he decidido dar este gran salto en mi vida!
Sí, ¡todo eso pasar por tu cabeza e incluso por tus venas! ¡Sangre caliente!
¡PARA!
Es tiempo para aplicar algunas reglas básicas que he aprendido cometiendo muchos fallos (FÓRMULA IMPORTANTE: fallo o error = pérdida de energía = pérdida de tiempo = pérdida de dinero) a lo largo de mis 20 años de emprendimiento:
- Deja que la sangre caliente desaparezca antes de tomar una decisión.
- Intenta simplificar todo al máximo posible.
Así pues, vamos a calmarnos, y pensemos juntos.
Ahora nuestra sangre está casi fría porque la vida nunca puede ser un congelador. No somos robots y, como humanos, siempre necesitamos tener ese “pequeño toque” de sentimiento, de emoción, para avanzar y crear grandes cosas.
Simplifiquemos y voy a compartir mi punto de vista.
Creé mi primera compañía con un socio. Decisión errónea en ese caso. No funcionamos juntos y fue un fracaso. Recuerda siempre la FÓRMULA IMPORTANTE: fallo o error = pérdida de energía = pérdida de tiempo = pérdida de dinero.
¿Es esto suficiente para decidir probar otras opciones? Obviamente, ese fallo nunca se hubiese producido si hubiese montado mi empresa solo. ¿Qué hubiese ocurrido si hubiese tenido dos o más socios? Quién sabe…
Un año más tarde, conocí a otra persona que se convirtió en mi socio. Estamos juntos desde 2003. Juntos hemos alcanzado enormes objetivos. ¿Podría haber hecho todo esto solo? ¡Ni de coña!
Lección aprendida: si tienes un socio y ambos no encajáis, será un error, pero si tienes un socio que se convierte en tu segundo cerebro, entonces triunfarás mucho más que si estuvieses solo.
Pero estábamos simplificando y todavía tenemos opciones abiertas: 0, 1, 2, 3…
No creo en tres o más personas en un negocio. Esos son muchas personas dando su opinión. Punto.
Así que reducimos nuestras opciones a dos:
- Opción 1. No tener ningún socio.
- Opción 2. Tener un socio.
Basándome en mi experiencia, es mejor asumir riesgos teniendo un socio que estar solo. La cuestión es tener el socio correcto, pero eso es otra historia.
Tener el socio correcto hará que tu negocio crezca mejor, más seguro, y más rápido.
A continuación te diré por qué considero que tener al socio adecuado es crítico cuando creas y haces crecer una empresa, y es mejor que estar solo.
1. DOS nunca están solos. UNO sí.
La soledad es terrible para los seres humanos.
Ser un emprendedor es duro. Nunca te olvides de eso. Nadie entenderá tus necesidades como tu socio.
En la vida, tienes que experimentar las cosas de primera mano para comprenderlas de verdad.
Tu mujer, tu marido, tu padre, tu madre, tu hermano o hermana, tus amigos no entenderán tu situación, tus sentimientos, lo que pasa por tu cabeza, cuerpo, o alma.
Tu socio sí.
Simplemente porque él tendrá los mismos sentimientos, las mismas situaciones, con todos los detalles necesarios para realmente entender de qué va la historia.
El emprendimiento está lleno de altibajos y, cuando estás dentro de un profundo bajón (y lo estarás), necesitarás ayuda, comprensión, apoyo, compartir… Es mucho más duro superar estas situaciones solo. Créeme.
Yo hablo con muchísimos emprendedores cada día que están solos. Ellos me transmiten ese sentimiento y cuán afortunado soy por tener al socio adecuado. Yo estuve solo durante un año. Es muy duro. No te engaño.
Si necesitas motivación, nadie como tu socio para proporcionártela.
Uno puede estar triste. Dos, al mismo tiempo, es menos probable.
2. DOS son siempre mejor que UNO
Steve Wozniak y Steve Jobs.
Bernie Taupin y Elton John.
Paul Allen y Bill Gates.
Sergey Brin y Larry Page.
Es más probable crear un proyecto único siendo DOS. No te tomes a la ligera que “el segundo” no contribuye al proyecto. Por eso los he puesto en primer lugar en la lista superior.
“Nadie es perfecto, pero un equipo puede serlo” - Meredith Belbin.
Si ya eres o estás pensando en ser un emprendedor, estoy muy seguro de que serás un perfeccionista, alguien que busca la excelencia, que quiere llegar a la mejor versión de uno mismo cada día. Ser DOS (no necesitas más personas para ser un equipo) es el camino.
3. DOS solucionan problemas y toman decisiones mejor que UNO
Solucionar problemas y tomar decisiones será tu situación diaria cuando te conviertas en un emprendedor.
No hay mejor forma de disminuir la probabilidad de error que teniendo más de una perspectiva a un problema.
Normalmente olvidamos que como pensamos que es la realidad es como la percibimos. Y es verdad. Cada uno de nosotros tiene una realidad diferente. La nuestra.
Tenemos dos formas de pensar. Dos cerebros analizando una situación siempre te conducirá a mejores soluciones. Dalo por seguro.
Tomar mejores decisiones es el camino más rápido para:
- Mejorar tu negocio.
- Avanzar.
- Crecer.
- Hacerlo más rentable.
- Ahorrar dinero, tiempo, y energía.
4. DOS siempre tienen más dinero que UNO
Normalmente no pensamos en el dinero cuando creamos un negocio. Me explico.
Nos centramos en el capital inicial para crear nuestra empresa, pero no pensamos acerca del dinero o las finanzas en el futuro (que está más cerca de lo que crees).
Hay dos puntos principales cuando hablamos de dinero en una empresa:
- Inversión
- Disminución de riesgos
1. INVERSIÓN
En breve necesitarás hacer grandes inversiones para que tu empresa crezca, mejore, y se mantenga en avance continuo. No tiene sentido hacer tantos esfuerzos importantes para lanzar un proyecto y no tener suficiente combustible cuando necesites que siga funcionando.
En ese punto, ser dos es magnífico, y algo que siempre agradecerás.
Cada socio sufrirá menos, y la inversión será mayor para alcanzar objetivos más ambiciosos.
2. DISMINUCIÓN DE RIESGOS
No pensamos en los riesgos cuando creamos nuestro negocio porque, en ese momento, lo gestionamos como si fuese nuestras finanzas personales. Nosotros pensamos en magnitudes de decenas o centenas, pero nunca en miles o millones…
Si tu negocio funciona, y estoy seguro de que lo hará, tendrás que hacer frente a magnitudes de dinero que empiezan a ser peligrosas para asumirlas uno solo.
Tener un socio:
- Incrementará la probabilidad de acceder al crédito. Los bancos confían más cuando ven DOS que UNO.
- Si algo va mal, dividir las pérdidas entre DOS es menos doloroso.
Así que aquí estamos.
Por esto es por lo que recomiendo a todo el mundo que busque su socio adecuado.
No tengas miedo de asumir los riesgos de no dar con el apropiado. Mide tus riesgos cuando decidas hacer socio a alguien y no te asustes por poder fallar. La gente falla. Incluso los más grandes.
No es algo fácil, pero emprender no es fácil. Nada es fácil en la vida.
Antes o después, encontrarás a tu media naranja. Estoy seguro.
Eso será un gran salto en tu carrera. Tú:
- Estarás acompañado.
- Te sentirás más seguro.
- Serás mejor.
- Tomarás mejores decisiones.
- Tendrás mejor capacidad financiera.
- Tomarás menores riesgos.
- … y la lista sigue creciendo.
¡Merece la pena!
¡Ve a por ello!
Foto en parte superior cortesía de Daniele Franchi en Unsplash.