Soy un emprendendor. Y me encanta el número 13.
Creé mi primera empresa en 2002 y, ahora mismo, tengo 3 empresas funcionando simultáneamente. Esto no es un alarde, sino simplemente para dar un contexto real a esta historia.
Como puedes imaginar, he vivido todo tipo de situaciones. Para superarlas, el punto más importante ha sido tener un socio a mi lado.
Una vez que has decidido ser una empresa de dos, el escenario ideal sería hacer que esa relación durase para siempre. Al menos, hasta que uno de los socios decidiese marcharse.
¿Cómo puedes hacer que esa relación dure e, incluso, crezca?
No es fácil, pero tras haber tenido con éxito una relación de negocio desde 2003 con mi socio, Tito, puedo comentarte cuáles son los puntos que yo considero claves para alcanzar este objetivo tan importante.
1. No ser amigos al principio
Mucha gente crea negocios con amigos. Es un riesgo.
Una relación de amistad nada tiene que ver con una relación de negocios.
Es mejor hacer lo contrario. Empezar como socios de negocio, y acabar siendo amigos. Así es como nosotros lo hemos hecho.
2. Respeto mutuo
Cualquier relación debe basarse en el respeto. El respeto se gana por tu actitud, tu conocimiento y tu conducta.
3. Ser complementarios
Mi socio y yo tenemos perfiles muy diferentes.
Él es una máquina creativa, lleno de ideas, rey de la anarquía.
Yo soy el organizado, el que se centra en la productividad, los costes, los procesos, la contabilidad.
¿Soy yo el aburrido? Seguro que sí.
4. Tener diferentes roles dentro de la empresa
Nuestra primera empresa, que sigue funcionando y creciendo año tras año, es una agencia global de marketing.
Nosotros dos tenemos una división clara entre nuestros roles.
Él lleva toda la parte creativa (creatividad, diseño, productos, servicios, clientes…).
Yo llevo toda la gestión (contabilidad, recursos humanos, procesos, estrategia, herramientas, procedimientos…).
Así nunca chocamos el uno contra el otro.
5. Tener el mismo nivel económico
Cuanto más os parezcáis, hablando del dinero en vuestras vidas personales, mejor. Así es como ambos podéis invertir inicialmente la misma cantidad de dinero y al mismo tiempo.
Esto es clave porque cómo veáis (y hayáis vivido) el dinero en vuestras vidas es fundamental para la empresa.
He visto muchos socios romper sus relaciones a causa de que uno de ellos era mucho más rico que el otro. No es solo la cantidad de dinero, sino cómo lo ves, basándote en tu experiencia personal e individual.
6. Sin compartir el mismo lugar de trabajo
En nuestro caso, tenemos 3 oficinas diferentes repartidas por España, dos en el norte del país y otra en Madrid, la capital de España. Aunque ambos viajamos mucho, cada uno tiene su “cuartel general”.
Mi socio se encuentra en el norte, y yo vivo en Madrid.
Esto evita el contacto físico diario, un factor que, desgraciadamente, erosiona las relaciones.
7. Tener el mismo nivel cultural
Tendréis que tomar decisiones juntos. Si tenéis un mismo nivel cultural/educacional, las conversaciones fluirán mejor.
Esto es clave para evitar tensión en la relación.
8. Tener la misma filosofía de vida
Tener la misma visión sobre la vida es crítico para que la relación funcione.
¿Cómo vas a mantener un negocio funcionando si, tan pronto como la empresa empieza a generar dinero, uno de los socios piensa que debería ahorrarse para futuras inversiones, y el otro piensa que deberíais comprar un Ferrari?
Te puedes reír, pero estas situaciones aparecen antes de lo que puedas pensar.
Si tu idea es buena y estás aportando un valor añadido real al mercado, el dinero llegará. Y ahí comienzan los problemas.
9. No ser egoísta
Desde el comienzo de nuestra relación, mi socio y yo siempre hemos pensado más en el otro que en uno mismo.
Si hay una situación en la que “yo gano y él pierde”, siempre hago lo contrario, cambiando a una situación diferente en la que “él gana y yo pierdo”. Él hace lo mismo.
No siendo egoísta al principio (y el resto de tu vida) es vital si quieres cultivar una relación duradera en el largo plazo.
No te tienes que comportar así porque sea bueno para la relación, sino porque realmente crees en ello.
Las cosas que se hacen con el corazón siempre duran.
10. Admiración mutua
Si ves a tu socio como alguien a quien admiras, eso hará que la relación dure. Siempre quieres estar cerca o al lado de alguien que:
- Te inspire.
- Te motive.
- Puedas aprender de él.
- Sea mucho mejor que tú (quizás inalcanzable) en varias áreas.
11. Priorizar del mismo modo la empresa en nuestras vidas
Nuestra empresa tiene la misma prioridad para cada uno de nosotros en nuestras vidas personales.
Está en el centro de nuestras vidas y ambos estamos de acuerdo en eso. Eso significa que ambos hacemos los mismos sacrificios personales, esfuerzos y sufrimientos juntos.
12. Nuestras parejas siempre han respetado nuestro proyecto y nuestra relación
Mi socio y yo, obviamente, tenemos cada uno nuestras vidas personales.
Nuestras novias o mujeres siempre han respetado nuestra relación, y ambos hemos sido capaces de explicarles cuán importante es nuestra relación para nuestros proyectos y vidas.
Muchas compañías y proyectos profesionales fracasan debido a las vidas personales de cada uno de los socios.
¿Te acuerdas de los “Beatles”?
13. Uso del “NOSOTROS” en lugar del “YO”
Cuando tenemos un éxito, cuando hemos cometido un gran fallo, siempre decimos:
- “HEMOS tenido éxito”.
- “HEMOS fracasado”.
- “SOMOS grandes”.
- “SOMOS un desastre”.
Ninguno de nosotros es mejor o peor que el otro. Estamos juntos en este increíble viaje. Es nuestro barco. Todo lo que pasa es porque uno de nosotros algunas veces, los dos en otras ocasiones, acertamos o fallamos en nuestras decisiones.
Somos un equipo, sin importar lo que suceda.
Con esta filosofía es como estamos “viviendo juntos” este sueño de vida.
HEMOS reído juntos.
HEMOS llorado juntos.
HEMOS disfrutado los éxitos y sufrido los fallos.
HEMOS superado todas las subidas y bajadas que una empresa tiene a lo largo de su vida.
Comenzamos como una empresa de 4 personas en 2003 y, hoy, somos un grupo corporativo de 3 empresas y más de 40 empleados.
Esta fórmula funciona.
Siempre digo lo mismo: “Lo mejor está por llegar”.
PD: Tito, te quiero.
Foto en parte superior realizada por Autor.