Hablando de productividad, las revisiones son críticas.

Esto lo aprendí hace mucho tiempo.

Solía dejarme llevar por el río de la urgencia.

Es fácil que ocurra. Nadie está sin hacer nada cada día.

La urgencia es la excusa perfecta para procrastinar, retrasas esas cosas que no queremos realmente hacer, y decir que lo estamos haciendo lo mejor que podemos, incluso aunque no alcancemos ninguno de nuestros objetivos.

Así es la vida, así es como nosotros, los seres humanos, trabajamos y operamos.

No me sentía bien conmigo mismo. Me sentía culpable, pensando que debería hacer y perseguir aquello que daba sentido a mi vida.

Tenía que hacer algo y, las revisiones, fueron la respuesta.

Gestiono 4 tipos diferentes de revisiones, basadas en el período de tiempo que analizo y estudio.

Todas ellas son importantes y se focalizan en diferentes aspectos de mi vida, tanto el personal como el profesional (porque solo tenemos una vida, sin divisiones).

1. REVISIÓN ANUAL

Es una mirada a mi vida a alto nivel.

Analizo sentimientos, emociones, estado de ánimo, motivaciones, grandes objetivos, grandes desafíos, cómo fue este año, y cómo espero que sea el siguiente… Esa clase de cosas.

Tras hacerlo, habrás definido tus principios existenciales.

Tus ambiciones.

Lo que realmente te preocupa.

Lo que es IMPORTANTE para ti.

2. REVISIÓN TRIMESTRAL

Esta revisión te permitirá ver:

  • lo que has conseguido,
  • lo que funcionó,
  • lo que no,
  • lo cerca que estás de tus objetivos,
  • y cómo tus proyectos y tareas evolucionan.

Aquí puedes crear o definir nuevos objetivos y tareas.

3. REVISIÓN MENSUAL

Como puedes ver, cuanto más corto es el período de tiempo que revisas, más te centras en temas operacionales. ¡Esto me encanta!

  • Cada mes, reviso victorias y fracasos.
  • Veo cuánto de efectivo he sido.
  • Cómo me siento.
  • ¿Cuántas tareas he hecho?
  • ¿Cuántos objetivos he alcanzado?
  • ¿Cómo va mi rendimiento?
  • ¿Cómo puedo mejorarlo?

4. REVISIÓN SEMANAL

Finalmente, cada viernes, hago mi revisión semanal, que es, para mi, la más importante.

Lo es porque es totalmente operacional:

  • Presto atención a mis “cosas por hacer”,
  • las tareas que he hecho,
  • forzándome a ser cada semana mejor en lo que a rendimiento se refiere.

Aquí las cosas están claras. Los objetivos son muy tangibles. No hay lugar para las excusas. Los objetivos solo consisten en hacer una tarea determinada. No hay salida.

Aquí es donde puedes ver si estás comprometido contigo mismo o si te estás engañando.

Me encanta cuando un año acaba porque tengo la sensación de nacer de nuevo, con todos los contadores a cero. Todo comienza de nuevo.

Quise mover esa sensación a un concepto semanal… ¡y funcionó!

  • Cada semana fijo mis objetivos.
  • Estos objetivos se tienen que hacer, sin excusa, sin procrastinación.
  • Están bien definidos, limitados, con una fecha límite concreta, y un resultado que cualquiera puede entender.
  • Cada semana, en mi revisión, reviso si alcancé o no esos objetivos.

Esta iteración entre fijar objetivos y revisarlos cada semana es lo que hace que me mueva hacia adelante, paso a paso, poco a poco, pero sin parar.

Durante mi revisión semanal, hago también estas tareas simples:

  • Dejo mi bandeja de entrada de e-mails a cero.
  • Limpio mi escritorio.
  • Dejo todo en su lugar.
  • Decido qué tareas haré la semana que viene… ¡Y LAS AGENDO!

Como dije, es como empezar de nuevo. Contadores a cero. Todo está listo para empezar de nuevo el lunes. Batalla ganada esta semana.

Cuando ganas una batalla cada semana es cuando entiendes que la vida no es una lucha. No estás en guerra. Estás dentro de un maravilloso viaje de realización, sentido común, progreso, y evolución.

Esta revisión semanal me lleva una hora, pero es refrescante y una de las mejores horas que invierto en mi vida.

Cuando entras en este bucle de productividad, nunca querrás dejarlo.

Para llevar a casa

Las revisiones te darán un montón de alegrías.

Aquí sintetizo solo algunas:

  • Análisis. No dedicamos tiempo a pensar, a la pausa, a sacar conclusiones, medir preocupaciones, puntos de mejora, fortalezas, y debilidades… Las revisiones te permiten esto.
  • Motivación. Ves progreso. Objetivos cumplidos. Percibes que evolucionas. Este es el combustible que necesitas para tu vida.
  • Organización. Fijas los objetivos que quieres conseguir. La improvisación empieza a desaparecer. Tu río de URGENCIA se convierte en río de IMPORTANCIA.
  • Planificación. No solo fijas objetivos. Decides qué tareas harás… ¡y las agendarás!
  • Limpieza. Limpiarás tu bandeja de entrada de e-mails, tu escritorio, tu mente. Todo estará cristalino para poder centrarte en lo más importante: HACER.

Foto en parte superior cortesía de Kelly Sikkema en Unsplash.