El tamaño importa.
Es una frase que tú (y yo) tenemos bien grabada en nuestro cerebro. No sé por qué…
Las cosas grandes te parece inabarcables.
Un gran elefante es un gran elefante, lo mires como lo mires.
No te sientas culpable. Todos pensamos así.
La cuestión es: para alcanzar nuestra realización personal en la vida y dar sentido a nuestra existencia, necesitamos realizar cosas “grandes”. Proyectos de los que te sientes orgulloso. Especialmente si eres un emprendedor.
Así que, ¿qué haces? ¿Cómo gestionas esta situación?
Yo me preguntaba por qué (como tú haces) me sentía así y busqué una solución a este asunto.
A lo largo de mi viaje, descubrí algo. No me sentía así cuando hablaba de cosas pequeñas.
Era capaz de gestionar las cosas pequeñas, sin importar cuántas tenía.
Eso me llevó a dividir las cosas. Si tenía que dividir un proyecto en un millón de pequeñas piezas, lo haría.
Pero eso también es algo abrumador.
Solo pensar el tiempo que me llevaría ese “proceso de divisiones” hace que, directamente, cancele el proyecto.
Elegí otra forma
Decidí dividir el proyecto en etapas.
Eso es mucho más fácil.
Todos los proyectos se pueden dividir en etapas.
Está muy claro y es muy fácil para nuestros cerebros pensar: “Tengo que hacer esto, y después tengo que hacer esto otro…”.
También me ayuda pensar en entregables. Cosas que quiero (o necesito) tener después de cada etapa.
Por ejemplo, si quieres construir un edificio, primero tienes que buscar el lugar en el que construirlo.
Usando la coherencia, encontrarás todas las etapas principales de cualquier proyecto.
Como seres humanos, somos muy buenos imaginando un proceso secuencial para crear algo.
No te metas en detalles. Solo grandes rasgos.
Estas etapas tendrán un orden de ejecución.
Fíjate en la primera y olvídate del resto. En este momento no importan absolutamente nada.
Gestiona la primera etapa
Ahora te sientes liberado.
Tu gran proyecto es mucho más pequeño. Has dado un paso adelante.
Se empieza a sentir que es manejable. Te sientes más cómodo.
Céntrate en esta primera etapa.
¿Es demasiado grande? Si es así, repite el proceso de nuevo.
¡La iteración siempre es algo clave en la vida!
Ahora, tienes una etapa que puedes controlar. No te supera. Sigamos adelante.
Crea las tareas
Empieza a pensar en todas las tareas que necesitas completar en esta primera etapa.
Olvídate del orden, duración, de cuándo deberían realizarse. Tan solo escríbelas.
Deja tu mente vacía. Siente esa increíble sensación de libertad.
¡Ahora ya estás a tope!
¡Quieres más!
¡Ves la solución a tu gran elefante!
¡Empiezas a ver la luz al final del túnel!
De nuevo, estas tareas tendrán un orden, una secuencia para ser ejecutadas.
Por favor, ordénalas.
Céntrate en tu primera tarea
Ahora, de nuevo, olvídate de todas las tareas. Si creaste 200, ¡te sentirás mucho mejor olvidándote de 199!
Mira la primera tarea.
¿Cuánto tiempo estimas que te llevará completarla?
Yo siempre uso una regla. No quiero tareas que duren más de 2-3 horas.
¿Por qué?
Porque hoy no es fácil ser capaz de estar centrado en algo durante 6-7 horas sin parar.
Tienes interrupciones: e-mails, llamadas, slacks, mensajes de Whatsapp, pierdes el foco, te cansas…
Tienes que proteger tu tiempo, pero no es fácil desaparecer hoy en día 7 horas, ¿verdad?
Es el entorno en el que vives, salvo que seas un genio o un ermitaño. Acéptalo.
Divide tu primera tarea
2-3 horas es todavía una duración muy extensa. ¡Hagámoslo aún más fácil!
Divide tu tarea en otras tareas más pequeñas.
Sería genial si la pudieses dividir en pequeñitas “cosas por hacer”.
De nuevo, ordena secuencialmente esas “cosas por hacer”.
Céntrate en tu primera “cosa por hacer”
Ahora estás centrando tu atención en la uña del dedo meñique de tu gran elefante.
No te importa lo más mínimo su cabeza, su trompa, su cuerpo…
Solo estás mirando a esa pequeñísima unidad de información.
¿Cómo diablos no la vas a hacer?
Por supuesto que sí. Quizás tu “cosa por hacer” es tan pequeña que hasta haces 2 ó 3 más.
La clave es hacer cada día, al menos, una de tus “cosas por hacer”. Te explico por qué.
Para llevar a casa
Con este sistema, matarás dos pájaros de un tiro.
Motivación
¿Por qué te recomiendo hacer, al menos, una “cosa por hacer” cada día?
Porque así es como te convertirás en un ganador.
Cuando empiezas a disfrutar victorias día tras día, esa corriente de victorias te llevará, sin lugar a dudas, al éxito.
Cada victoria añadirá una dosis de energía para comenzar a realizar la siguiente “cosa por hacer”.
Te sentirás un ganador, sentirás que progresas, que te acercas a tu objetivo.
No serás capaz de parar este bucle. Seguirás haciendo, haciendo, y haciendo.
Haciendo es como se consiguen las cosas en la vida. Al menos, yo no conozco otra forma.
Procrastinación
Este sistema es también perfecto para evitar la procrastinación.
Dividirás tu proyecto en piezas tan pequeñas que será imposible decir: “No puedo hacer esto”.
Hasta la persona más floja de este mundo diría: “Venga, tengo que hacer esto”.
No tendrás excusas porque no existirán.
Evitar la procrastinación es como las cosas salen adelante.
No importa si es un paso grande o pequeño porque todos los pasos cuentan en la vida.
Te estás acercando a tu objetivo, y eso es lo que importa y te motiva.
Foto en parte superior cortesía de David Watkis en Unsplash.