Estoy totalmente convencido de que te sientes así muchas veces a lo largo de una semana o, incluso, un día.
Tienes algo en la cabeza que no te deja tranquilo.
Algo que:
- Te hace sentir incómodo (o no).
- Algo que siempre se va y vuelve.
- Algo que no desaparece, que no te deja centrarte en las cosas que quieres hacer o que necesitas hacer.
- Algo que parece que se ha ido, pero que aparece de nuevo.
- Es como esa mosca (cojonera) que no te deja disfrutar la comida.
Esta sensación se está llevando parte o toda tu energía. Piensas que no, pero es así.
Recuerda que nosotros siempre comenzamos el día con una cantidad de energía y, esta cantidad, va disminuyendo poco a poco.
Podemos intentar recuperarla pero, al final, la mayoría de ella la consumirás.
Por eso tienes que tener cuidado de en qué consumes tu energía, evitando todo tipo de “consumidores innecesarios de energía”, para ser capaz de dedicar tus esfuerzos a alcanzar los objetivos que persigues.
¿Cómo te puedes quitar de encima esas pequeñas cosas que “colapsan” tu mente?
Parece fácil, pero no lo es. Hay mucho trabajo que hacer para tener éxito a la hora de alcanzar un objetivo. Pero es posible, y te voy a dar unas líneas maestras para que puedas comenzar a trabajar en este tema.
Antes que nada, tenemos que diferenciar entre nuestra mente consciente y nuestra mente inconsciente. La primera es fácil de reconocer, pero la segunda es un poco más complicado.
Nuestra mente consciente es aquella a la que podemos acceder fácilmente.
Es esa que piensa cosas como estas:
- “Estoy conduciendo” y, conscientemente, sé que estoy conduciendo porque lo estoy haciendo ahora mismo.
- “Voy a cenar en un restaurante esta noche”, y estoy conscientemente pensando eso, sabiendo y percibiendo perfectamente que estoy pensando dicho pensamiento.
- “Escucho ese pájaro”…
En una frase, es la parte de nuestra mente de la que eres consciente.
Como el coach Bryan Tracy dice, es “nuestra mente objetiva o pensante. Acepta o rechaza datos para tomar elecciones y decisiones”.
Por otro lado, tenemos nuestra mente inconsciente, que es lo opuesto. Es la parte de nuestra mente que no se centra en la conciencia focal.
Va en el asiento de atrás del coche, almacenando y recuperando datos de la mente consciente. Incluye emociones, creencias… todas las diferentes experiencias que hemos tenido en nuestras vidas.
Cuando esas pequeñas cosas te molestan, se trata simplemente de pensamientos que están en tu mente inconsciente y que se abalanzan sobre tu mente consciente sin parar. Es solo eso.
Pero tienes que tener cuidado de ellos. Tienes que adentrarte en la profundidad de tu mente, navegar, buscar la causa, el porqué.
Porque siempre hay “un porqué”.
Cuando identifiques ese “porqué”, tienes que hacer algo para eliminarlo inmediatamente.
Cuanto antes lo hagas, menor energía vas a seguir perdiendo.
Cuando te liberes de esa cosa, recuperarás tu atención. Tu mente no estará dándole vueltas a pensamientos inútiles o, incluso si son útiles, no tendrás que “vivir con esa ansiedad” mucho tiempo.
Controlar tu mente inconsciente y traerla a tu mente consciente es una tarea que siempre te beneficiará.
No es fácil encontrar un procedimiento para hacer que este proceso se convierta en realidad, pero existe.
La meditación te permite traer tus pensamientos inconscientes a tu mente consciente.
Cuando hayas racionalizado ese pensamiento y seas consciente de él, es mucho más fácil de gestionarlo y alcanzar una solución.
La meditación no va solo de relajar tu mente y llevarla a un estado de calma. Va mucho más allá.
Es una técnica que te permite:
- Controlar tu mente.
- Gestionar tus emociones.
- Aplicarles racionalidad.
- Sentirte mejor.
- Incrementar tu capacidad de concentración.
- Mejorarla.
- …
Hay tantas ventajas cuando meditas que te aconsejaría que le dieses una oportunidad.
Yo era escéptico al principio pero, para trabajar en el escepticismo, lo mejor, es darle una oportunidad a las cosas.
Busca información, lee libros (para los principiantes, yo recomiendo “Mindfulness. Atención Plena”, de Andy Puddicombe), escuchar podcasts y probarla (para los principiantes, yo recomiendo esta app: Insight Timer. Tiene muchísimas meditaciones guiadas).
Algo útil para tanta gente es algo, desde mi punto de vista, que siempre deberías probar.
En la vida, cuando no hay nada que perder y mucho que ganar, debes ir a por ello. Si no funciona, simplemente volverás a estar en el punto de salida pero, ¿y si funciona?
La meditación es entrenar a tu cerebro como entrenas tu cuerpo en el gimnasio.
Dale la oportunidad de crecer, de convertirse en tu perfecto aliado para alcanzar la realización personal en la vida.
Como un “conseguidor de objetivos”, yo lo hice… y funcionó.
Foto en parte superior cortesía de Mika Baumeister en Unsplash.