NO.
El rechazo apareció en mi vida bastante pronto. Afortunadamente, mis padres me entrenaron en esta habilidad desde que nací, hace 45 años.
Superar el rechazo es una de las habilidades esenciales en la vida de cualquier persona.
No es solo aceptarlo. Es usarlo como una palanca motivacional que marque la diferencia.
NO.
Eso es lo que más oí cuando me convertí en emprendedor hace 20 años.
La gente ama esa palabra porque es la más fácil que la humanidad jamás ha inventado. Destruir siempre es más fácil que crear.
- No me gusta esa propuesta.
- No me gusta esa idea.
- No hagas eso.
- No.
- No.
- No.
Cualquier intento de:
- innovar,
- pensar diferente,
- sugerir algo,
- crear…
… será destrozado rápidamente con un NO.
Es solo una cuestión de mentalidad
Aprendí a decir “SÍ” al “NO”.
Aprendí bastante pronto que la vida es como tú quieres que sea.
"Amor Fati – “Ama tu destino, que es, de hecho, tu vida."
— Friedrich Nietzsche
Si quiero verla como un desastre, eso es lo que será.
Si quiero verla como un éxito, eso es lo que será.
Aprender que la vida solo depende de cómo la vea me hizo más fuerte. En ese momento, todo pasó a depender de mi.
Mi mentalidad sería mi “asesina de rechazos”.
Hércules en la encrucijada
"La parábola proviene de la época clásica de la antigua Grecia y es relatada por Jenofonte en Memorabilia.
En el texto de Jenofonte, Sócrates cuenta cómo el joven Hércules, mientras el héroe contempla su futuro, recibe la visita de las personificaciones femeninas del Vicio y la Virtud.
Le ofrecen elegir entre una vida agradable y fácil o una vida severa pero gloriosa, y le presentan sus respectivos argumentos".
— Fuente: Wikipedia.
Elegir el camino duro
Yo decidí, como hizo Hércules, elegir el camino duro en la vida. 100% convencido.
Para mi, es la única opción de tener una vida basada en la prosperidad, la realización personal, la alegría, y la felicidad.
¿Qué sentido tiene tener una vida fácil sin desafío alguno y con todo resuelto?
Así es como adopté el mantra "Los obstáculos me hacen más fuerte".
¡Dame dolor! ¡Me motiva! ¡Me da energía!
Esto no es una terapia masoquista. Es estar realmente convencido de que es verdad.
Funciona.
Cuando elegí el camino duro, sabía que los obstáculos aparecerían. Los esperaba. Estaba preparado. No iban a ser una sorpresa.
El otro camino, el fácil, es el camino de los que no paran de alojarse en la queja continua, esos que piensan que todos fallan menos ellos. No quiero esa opción. Es el camino directo a la miseria.
Yo siempre gano
“Yo nunca pierdo, o gano o aprendo."
— Nelson Mandela.
El rechazo me hace mejor porque:
- Analizo mis objetivos para ver si tienen sentido.
- Me focalizo en lo que estoy haciendo, para ver si puedo pulir algo, si puedo ser más preciso, más exacto.
- Presto atención a otros que lo están haciendo mejor que yo.
- Busco formación para mejorar.
- Practico cada día para ejecutar mejor mis acciones.
No me importa si no puedo alcanzar mi objetivo, incluso si está bien definido y creado. Estoy 100% seguro de que seré mejor, y eso siempre es un éxito.
Me siento genial siendo un poco mejor, y estoy seguro de que afrontaré mucho mejor mis objetivos futuros:
- Estaré más preparado.
- Tendré más herramientas.
- Tendré más técnicas.
- Tendré más medios para afrontar los nuevos desafíos y tener éxito.
Para llevar a casa
El momento en el que elegí el camino duro, me preparé a mi mismo para recibir obstáculos, negatividad, y rechazo.
El rechazo es algo que espero, está en el mapa de ruta, no me coge con la guardia baja.
Si el rechazo es incluso una palanca que incentiva mi motivación, no puedo decir más que gracias.
Esta es la posición que te cambia la vida: cuando ves el rechazo, los obstáculos, el peligro, como oportunidades, momentos para ser una mejor versión de ti mismo, escenarios de los cuales saldrás más fuerte, más preparado.
El rechazo es la herramienta de evolución que me ha llevado hasta donde estoy hoy y lo que soy hoy.
Rechazo, ¡bienvenido a casa!