Una vida profunda y con sentido es solo la suma de miles de "pequeñas y estúpidas cosas" realizadas en conjunto.
Cuando lo comprendí y creí en ello es cuando comencé el camino hacia la realización personal, ese que siempre acaba en la felicidad.
Al Principio, Era un Incrédulo
Siempre he sido escéptico pero, en cuanto cambié mi mentalidad respecto a esa posición, es cuando realmente crecí como persona.
Comprendí que tenía que dar a las cosas la oportunidad de fracasar. Incluso a mí mismo.
La primera vez que oí hablar del mindfulness fue en 2010, cuando un amigo me contó que lo había estado practicando en un retiro.
Me sonó raro y recuerdo perfectamente lo que pensé: "Otra estupidez para vender a la gente estresada".
Sí, ese era yo no hace tanto tiempo. Una vez más, me equivoqué.
A partir de ese día, empecé a escuchar, leer y ver mindfulness por todas partes.
Afortunadamente, en aquella época, tenía un principio que todavía sigo utilizando: "Si ves a mucha gente haciendo algo, préstale atención. Quizás merezca la pena".
Eso es lo que hice.
Empecé a leer, ver vídeos, hablar con gente, preguntar, investigar, dedicar tiempo para sacar mis propias conclusiones.
La Cuestión Era Cómo Podía Ponerlo en Práctica
Necesito poner las cosas en práctica.
No soporto las cosas que solo "funcionan" sobre el papel. Grandes frases que no son más que eso: frases.
Necesito hechos, "cómo hacer". Algo que me diga: "Oye, haz esto... HOY".
Necesito probar, practicar, y sentir las cosas. Ver resultados. Resultados tangibles que me hagan avanzar para dar sentido a mis acciones diarias, a mi vida.
He desarrollado mis propias técnicas y las voy puliendo cada día, mejorando paso a paso. Aquí comparto, a continuación, 5 de ellas.
1. Yoga
Empecé a practicar yoga porque quería estirar después de practicar mis entrenamientos de fuerza.
Pronto vi resultados y decidí incorporar el yoga a mi rutina matinal porque me enganchó.
El yoga no solo consiste en estirar.
El yoga me permite centrar mi atención en el equilibrio, concentrarme en las posturas, estar plenamente en el presente.
Practicar yoga no me dio más alternativa que pensar, solo y exclusivamente, en el tiempo presente: AHORA.
2. Meditación
La meditación no solo sirve para calmar a la gente.
A mí me ha permitido:
- Conocerme mejor.
- Mejorar mi rendimiento.
- Ser capaz de concentrarme antes.
- Entrar en un estado de “flow” mucho más rápido.
Cuanto más lo practico, más me gusta, y más resultados recibo de esta práctica.
3. Visualización
La visualización es clave para mí.
Me permite "volver al presente", como digo en este artículo: "Por qué una cuerda puede llevarte de vuelta al presente".
He desarrollado un montón de técnicas diferentes para hacer que mi mente “vuelva al presente” cada vez que se me escapa y no deseo hacerlo. Esta es solo una de ellas.
4. Liberar mi mente
Uno de los conceptos más importantes en mi vida es el de "piloto automático".
Crear procesos que funcionen en modo “piloto automático” es clave para liberar mi mente. Para dejarla que se centre en las cosas realmente importantes. Esas que realmente me importan y afectan.
Siempre que veo que algo se puede automatizar o ejecutar sin pensar en absoluto, lo hago inmediatamente.
Cuando empiezo a liberar mi mente de cientos (incluso miles) de cosas que no necesitan consumir mi energía es cuando mis niveles de la misma empiezan a crecer.
Es cuando me lleno de combustible para rendir al máximo.
Utilizo esta "técnica liberadora" con las cosas más estúpidas que se le puedan ocurrir a cualquier ser humano. Por ejemplo, una de mis "pre-decisiones matinales” que me ayudó mucho, fue dejar toda mi ropa y cosas listas para el día siguiente la noche anterior.
Eso me hace "conducir" mi mañana en piloto automático, sin tener que tomar una sola decisión.
Eso deja mi mente libre para trabajar en la concentración, en la atención plena, en disfrutar de cada una de mis actividades dentro de mi rutina matinal y sacar lo mejor de ellas.
Cuanto más sencillas sean mis decisiones previas, más fáciles serán de encajar en mi vida, convirtiéndose en un hábito y sumando hacia esa "gran vida" que todos buscamos.
5. Practicar mindfulness en cualquier momento
Practico momentos de micro-mindfulness a lo largo de todo mi día.
Me sale de forma natural, sin esfuerzo, porque he entrenado mucho y sigo entrenando a diario.
Mis mañanas son un claro ejemplo.
Las mañanas son siempre momentos increíbles para mí. Se han convertido en una "excusa" perfecta para irme a la cama lleno de felicidad porque afronto el día siguiente con motivación, ilusión, y alegría.
El punto es siempre el mismo para mí: el mindfulness.
Me centro en la experiencia que estoy viviendo AHORA MISMO y me olvido de todo en absoluto. No importa si es un día importante, uno normal, o lo que sea. Solo me centro en lo que estoy haciendo AHORA.
Esto me lleva a tener tantos pequeños grandes momentos, llenos de placer y buenas vibraciones, que mi motivación está al máximo nivel cuando llego a mi oficina. La motivación para mí es simplemente sentirse bien, tranquilo, y relajado.
Estos son algunos de los momentos en los que disfruto al máximo centrándome en el mindfulness:
- Beber agua simplemente mirando por la ventana, sintiendo el silencio, cuando me despierto.
- Pasear con mi perro, oler el aire fresco de la mañana, escuchar los pájaros y los sonidos.
- Ducha fría, sintiendo el agua y "viendo" que es solo eso, agua. Cuando empecé esta práctica, mi cerebro pensaba que era dolor. Hoy es placer... Así funciona el cerebro... así de "estúpido".
- Momento “after-shave”. Sentir cómo me refresca la cara, olerlo profundamente.
Añadiré aquí 2 elementos clave que me ayudaron a asociar estas experiencias de mindfulness con emociones positivas:
- No tener ninguna prisa. No me presiono mientras hago estas actividades. Si tengo la tentación, siempre tomo conciencia de ello y voy más despacio. Esto es CRÍTICO. He notado muchas mejoras gracias a ello.
- Escuchar música de jazz mientras me ducho y me visto. Esto, de nuevo, me cambió la vida. Antes escuchaba las noticias. Este "estúpido" cambio, me llevó a un mundo completamente nuevo de paz, calma, concentración, y alegría.
Por Qué Mi Rendimiento se Duplicó Practicando Mindfulness
Como dije al principio, siempre busco resultados reales cuando hago algo.
Siempre me centro en los resultados de cantidad y en los de calidad.
Aquí están los resultados de cantidad que dupliqué después de practicar mindfulness:
- Dupliqué el número de tareas realizadas cada semana.
- He duplicado el número de proyectos realizados cada mes.
- He reducido a la mitad el tiempo consumido en la realización de las mismas tareas.
Por último, pero no menos importante, siempre presto atención a los resultados de calidad. En este caso, he mejorado mucho mi tranquilidad. Me siento tranquilo y relajado.
Ese estado me permite sentirme mejor conmigo mismo y con mi forma de interactuar con los demás. La vida va bien cuando vivo en este estado.
Para Llevar a Casa
El mindfulness me ha cambiado la vida.
Estas "pequeñas y estúpidas técnicas" son las que me hacen centrarme y concentrarme cada vez que me enfrento a algo importante, como preparar una presentación, un texto, un correo electrónico, una reunión...
Ese es el momento en el que esas "pequeñas cosas estúpidas" convergen en un increíble "torrente" de energía que me permite rendir al máximo.
Me permite conocerme mejor, hacerme mejor “ejecutor de cosas”, rendir a niveles que ni siquiera sabía que existían.
Cuando rindes al máximo es cuando te sientes orgulloso de tu trabajo, de tu vida. La motivación llama a tu puerta. Aparece la ilusión. La alegría. Plenitud. Felicidad.
Siento que controlo mis emociones. Me siento seguro, sólido, racional, tranquilo, relajado.
Disfrutando al máximo del presente es como puedo crear el futuro que persigo, el que he dibujado previamente.
Foto en parte superior cortesía de Aleks Marinkovic en Unsplash