AVISO IMPORTANTE: no hay enlaces de marketing de afiliación, y no recibo nada de las personas que menciono en este artículo.
Solía olvidar todo.
Estoy de acuerdo al 100% con David Allen cuando dice cosas como esta:
“Tu mente es para tener ideas, no para guardarlas” - David Allen.
Por eso creé hace mucho tiempo mi segundo cerebro, uno digital, “para olvidarme” de recordar cosas.
Ahora tenemos discos duros, almacenamiento en la nube, podemos encontrar cualquier cosa en Google…
¿Para qué necesitamos usar nuestra memoria?
Solía pensar de esa forma pero, una vez más, estaba equivocado.
Cuando llevas los conceptos a los extremos es cuando empiezas a fallar. Normalmente, nada es bueno en los extremos. Mejor no tocar los bordes, los límites. Evitar riesgos innecesarios equivale a ganar muchas batallas.
Comencé a interesarme en las técnicas de memorización cuando decidí mejorar mi inglés. Necesitaba recordar términos, expresiones… ¿Cómo diablos podía hacer eso sin usar mi memoria?
Ahí es cuando empecé a entrenar estas 2 técnicas de memorización.
1. Mnemónicos
Como dice Wikipedia,
“Los mnemónicos son normalmente verbales, como poemas muy cortos o una palabra especial para ayudar a una persona a recordar algo, normalmente listas, pero pueden ser visuales, kinestéticos, o auditivos. Los mnemónicos se basan en asociaciones entre construcciones fácilmente recordables que pueden relacionarse posteriormente con datos que necesitan recordarse. Esto se basa en el principio de que la mente humana recuerda mucho más fácilmente información espacial, personal, sorpresiva, sexual, cómica u otro tipo con más significado que secuencias arbitrarias.”
Yo apuesto por técnicas mnemónicas visuales para mejorar mi memoria. Dejemos el tema espacial para la segunda técnica que compartiré contigo.
Nosotros, como seres humanos, somos buenos con la memoria visual. Nuestros antepasados necesitaban:
- recordar plantas venenosas,
- comidas saludables,
- las caras de nuestros padres,
- …
Es por eso que siempre deberías intentar “traducir” cualquier cosa que quieras recordar a imágenes.
Estas imágenes se deben basar (lo siento si alguien se ofende) en sexo, violencia, surrealismo, humor…
Esas son la clase de imágenes que nuestros cerebros mejor retienen. Cuanto “más dura” sea la imagen, mejor serás capaz de recordarla.
No te preocupes, es solo tu mente, y no necesitas contárselo a nadie.
Es tu “pequeño secreto”.
Así que, cuando quieras recordar algo, intenta convertirlo en una imagen visual, “tan dura” como te la puedas imaginar.
2. Palacios de memoria
No me extenderé aquí explicando esta técnica porque puedes encontrar toneladas de información en Internet si te interesa el tema.
Básicamente, el aspecto más importante de esta técnica es asociar los elementos que quieres recordar con lugares físicos específicos.
Nuestros antepasados (y tú y yo también) somos muy buenos cuando hablamos de lugares físicos.
- Necesitábamos saber (y recordar) nuestro camino de vuelta a casa,
- necesitábamos saber (y recordar) los lugares buenos de caza.
- ...
Puedes crear un palacio de memoria basado en cualquier lugar que conozcas muy bien:
- Tu casa.
- Tu coche.
- Tu oficina.
- ¡Tu propio cuerpo!
Cuando decidas cuál vas a usar, necesitas fijar puntos concretos en cada palacio de memoria, siendo capaz de numerarlos, para que siempre puedas recorrerlos en el mismo orden, pasando de punto a punto de forma precisa.
Por ejemplo, si uso mi cuerpo, fijo estos puntos:
- Mi frente.
- Mi hombro derecho.
- Mi hombro izquierdo.
- Mi pecho.
Esto sería un palacio de memoria con 4 puntos, y siempre lo recorro en el mismo orden: 1, 2, 3, 4.
Pillas la idea, ¿verdad?
El poder de la combinación
“La unión hace la fuerza."
Ahora vamos a combinar las dos técnicas.
Cuando quiero recordar algo:
- Creo un mnemónico visual.
- Coloco ese “loco” mnemónico dentro de un punto en cualquiera de mis palacios de memoria.
Combinando la visualización con el punto físico es cuando aparece la potencia de estas dos técnicas.
Los palacios de memoria son muy útiles incluso si no necesitas recordar los elementos en orden, porque estás relacionando el mnemónico y un lugar físico que conoces perfectamente.
Cuantos más conexiones crees, mejor recordarás el elemento.
Puedes no usar un palacio de memoria (no es obligatorio) y solo basar tu método de memorización en un emplazamiento físico, como voy a explicar ahora mismo.
Usar técnicas de memorización con el objetivo de vender
Supongo que estarás diciendo o pensado algo como esto: “¿Cómo diablos voy a usar esto para incrementar mis ventas?”
Aquí viene la respuesta.
Algo de lo que me di cuenta hace muchísimo tiempo es cómo nos gusta que nos llamen por nuestro nombre.
Esto es algo que Dale Carnegie define perfectamente en su clásico “Cómo ganar amigos e influir sobre las personas”:
“El nombre coloca al individuo aparte; lo hace único entre todos los demás. La información que proporcionamos o la petición que hacemos toma especial importancia cuando encaramos la situación con el nombre del individuo.” – Dale Carnegie
Como Carnegie dice, tenemos que “recordar que el nombre de una persona es para esa persona el sonido más dulce y más importante en cualquier idioma”.
Carnegie nos comenta algunos trucos para recordar el nombre de alguien:
- Deletrearlo.
- Crear una imagen mental de la persona.
- Decirlo varias veces.
- Escribirlo y mirarlo.
Probé todas ellas pero, al final, me di cuenta que la mejor forma era un mnemónico + un palacio de memoria (o emplazamiento físico).
Por ejemplo, hace un mes, fue a un restaurante indio. La propietaria, una mujer, se llamaba algo así como “Miusi”.
Rápidamente me imaginé:
- Una gigantesca nota musical (una clave de sol) destrozando toda la barra del bar.
- Todo estaba lleno de cristales. ¡Era un desastre!
- La pobre “Miusi” gritaba como una loca por lo sucedido.
Me he dado cuenta que añadir acción, como si fuese una película, al mnemónico, hace que funcione aún mejor.
Ese mnemónico estaba asociado claramente con la palabra “Music”, que me lleva rápidamente a “Miusi” (como no soy nativo en inglés, siempre coloco la bandera de Gran Bretaña en la imagen, así sé que estoy utilizando el término en inglés).
Suena extraño (yo pensaba lo mismo al principio), pero puedes hacer esto en cuestión de milisegundos cuando entrenas y practicas la técnica. ¡Y funciona!
Ayer por la noche, fui al restaurante de Miusi y, cuando la saludé por su nombre, sonrió y me dio el mejor lugar del restaurante.
No pienses en esto solo como una forma de conseguir cosas / resultados / beneficios de los demás.
Es solo una manera de mejorar la empatía, las relaciones, estar más cerca de la gente, mostrarles que les importas.
Cuando estás en una reunión de trabajo, un evento de “networking”, un cocktail, lleno de gente, te presentan decenas de personas. Recordar sus nombres es una forma de incrementar la probabilidad de hacer una venta.
Lo he probado y es cierto. Cuando empiezas a llamar a la gente por su nombre, te prestan más atención, rompes el hielo, tu contacto potencial se siente más cercano, es más fácil poder hablar con él o ella.
Inténtalo tú mismo.
Mi técnica para recordar un nombre es esta:
- Intentar hacer una conexión con alguien que conozco perfectamente y que coincide en el nombre.
- Entonces creo imágenes “estúpidas” entre ellos, haciendo juntos cosas extrañas.
- Finalmente, conecto esa imagen con un lugar físico que conozco (un palacio de memoria) o el lugar en el que conocí a esa persona.
Conclusiones
No deberíamos usar técnicas de memorización solo con objetivos comerciales.
Usando estas técnicas, mejoramos nuestros cerebros. Está probado que estos ejercicios mentales son excelentes para nuestras mentes. Son como las sesiones de entrenamiento que necesitamos.
Si quieres profundizar en estos temas, yo he aprendido muchísimo de estas 4 increíbles personas:
Recordar cosas como números, nombres, listas… te ahorra tiempo, hace tu vida más cómoda, te da control y seguridad.
Cuanto más fácil sea tu vida, mejor se sentirán tu cuerpo y tu mente.
Foto en parte superior cortesía de Mick Haupt en Unsplash.